Samsung se iba a comer a Apple, en principio, en 2016.
Pero lo que pasó fue, sorprendentemente, lo contrario. En agosto la compañía de Corea del Sur presentó el Galaxy Note 7, entre un teléfono móvil inteligente y una tableta, que estaba anunciado com el matador de la próxima versión del iPhone del estadounidense. Su comercialización se adelantó para contrarrestar precisamente el efecto iPhone 7 de septiembre. Pero el resultado fue... una catástrofe.
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